En 2013, me certifiqué también como instructora de la glándula pineal, realicé talleres para adultos y niños con el  objetivo de hacer un cambio de conciencia y re-conocer nuestro poder creador. A la par de esto,  mi hija mayor iniciaba la adolescencia y con ella, los retos de la edad, sumados a  mi adolescente interna que constantemente reaccionaba cuando había problemas con mi hija.  Mi necesidad por soltar el dolor, el enojo y ser una mejor mamá para mis hijos, me hizo trabajar en mi historia y en mis heridas, no fue un camino sencillo, pero gracias a él, conocí mi misión de vida. Descubrí que si no estaba bien yo, mis hijos no estarían tampoco bien. Aprendí la importancia de trabajar con mis vínculos cercanos, como mis padres, mis hermanos, mi pareja y mis hijos y decidí convertirme en instructora del taller “Comunicación inteligente en la familia” del Instituto Prekop llevando un mensaje a las familias sobre la importancia de la comunicación sana, la empatía, el respeto y el  trabajo personal que como padres debemos hacer para criar hijos felices y seguros.